Como bien saben, la cultura del motor en nuestro país está tremendamente influenciada por los autos japoneses. Dentro de esa categoría, existen varios autos icónicos que todos alguna vez soñamos con ver o tener. Hablo de la seguidilla de leyendas japonesas, los Nissan Skyline. Reunirlos en un solo lugar en una noche cualquiera no es algo menor, y de la mano de Oztar, colega fotógrafo y organizador de eventos con una larguísima trayectoria en nuestro país, se logró. Y bueno, el resultado está aquí.
No es difícil saber de dónde provienen estas verdaderas leyendas rodantes; basta con buscar su nombre en Google y millones de resultados estarán ante tus ojos. Pero incluso con tanta información y tantas unidades rodando por el mundo, verlos en persona, oírlos, sentir su potencia, es algo que no deja de impresionar y cautivar a nuevos seguidores.

En la última década, los Nissan Skyline, al igual que otras plataformas, se han transformado más en un símbolo de cultura automotriz. Son autos de colección aún vigentes en el mercado y vehículos que cada vez aumentan su valor. Poseer uno ya es algo sumamente difícil y costoso, especialmente si hablamos de modificaciones o restauraciones.
Siempre he creído que en el génesis de estos autos, al igual que en cualquier auto deportivo, está implícita la ilegalidad. Es decir, son máquinas que te incitan a superar los límites establecidos y, obviamente, quien los conduce tiende a adoptar ciertos patrones de conducta. ¿Quién querría comprarse un auto deportivo si no es para conducirlo a toda velocidad? En esa línea, se termina creando una especie de tentación por romper las reglas. Recordemos que en su lanzamiento en Japón en los años 90, el límite de caballos de fuerza para motores de serie estaba restringido, y los fabricantes de estos autos superaban con creces dichas regulaciones. Sin embargo, con el fin de poder venderlos, limitaban sus autos para que fueran legales. Bastaba solo con un par de modificaciones para liberar el verdadero potencial de las unidades motrices.
Entonces, es así como parecieran autos creados para la noche, para escapar de la policía, para ir a más de 280 km/h en la autopista y lucir bien. Esos focos traseros tan icónicos que se destacan perfectamente en la noche, el sonido ronco de los escapes y la fuerza imparable del empuje del turbo en el motor RB.
Motores RB (Race Breed) en inglés, lo que se traduce como linaje de carreras, escucharlo es algo maravilloso: 6 cilindros en línea turboalimentado, con más de 280 hp, tracción integral y un torque infinito. El corazón de los Skyline es lo que los hace tan únicos; escucharlos rugir entre los edificios es como oír rugir al mismísimo Godzilla. Y si bien no tengo claro por qué ese apodo, para mí es el más lógico. ¿Has oído su rugido alguna vez?
La evolución del Skyline y sus versiones GTR ha sido larga, pero las más exitosas en todo sentido han sido las versiones más recientes, todas fabricadas entre 1989 y los 2000. Comenzando con el legendario R32 GTR, que se ganó el apodo de Godzilla, luego el R33 GTR, el tremendamente mítico R34 GTR y, ya en nuestros días, el R35 GTR. Exceptuando al R35, todos los anteriores tenían el famoso motor RB bajo el capó, en sus versiones RB20DET, RB25DET y RB26DETT. Entre ellos, algunas otras versiones y variaciones de la plataforma RB, pero siendo los nombrados los más usados por la marca.
Salir a pasear por la autopistas con estas máquinas fue un sueño hecho realidad, no importaba el frio ni nada, colgado por la ventana del auto de mi amigo Alexis, buscaba tomar las mejores fotografías de un momento único, todos reunidos en la autopista, todos viviendo un sueño, fue realmente especial.
R34, R33 y R32.
Llegaba a su fin nuestra aventura, hera de tomar algo caliente para superar el frío de la noche y seguir admirando las leyendas que estaban frente a mi.
Es gratificante tener la oportunidad de reunir estos ejemplares y por supuesto a sus dueños quienes comparten una pasión sin igual, son autos llenos de trabajo duro, esfuerzo, sudor y lágrimas, autos con alma, que respiran, que hacen lo que quieren y se dejan dominar por el pie en el acelerador y las manos en el volante, son maquinas increibles en verdad y dueñas un legado tan importante en la cultura motor del mundo que los hace verdaderas leyendas vivientes.

Gracias por compartir sus Skyline con mi cámara y gracias por tenerlos en tan buen estado, gracias a Oscar Carrasco y Oztar por la invitación y por su puesto a Alexis con su Datsun que me permitió fotografiar en la autopista.


-BONUS PHOTOS-
Gustavo Fuentes con su amada Nissan Silvia S14 Zenki.

Gracias por llegar hasta aquí.

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